En lo primero que me fijo cuando conozco a alguien es en la voz. Un don que llevo utilizando profesionalmente desde que tenía 16 años. Dediqué gran parte de mi vida a la radio y trabajé como locutora tanto a nivel local como nacional en las emisoras musicales más importantes de nuestro país (Cadena Dial, 40 Principales y, la tristemente desaparecida, M80 Radio).
Las ganas de experimentar con mi voz me acercaron al mundo del doblaje y, finalmente, al de la publicidad, a lo que me dedico actualmente. He trabajado para empresas como BBVA, El País, TVE1, SEUR, Boing, Banco Santander, etc. Y en el mundo de la ficción sonora para Podium Podcast. Mis últimos trabajos aparecen en los podcast: El legado de Odette y Gemelos Digitales.
Fuera de los medios de comunicación organizo eventos conscientes y trabajos de educación somática para tomar conciencia del cuerpo-mente y recuperar nuestra capacidad de sentir. Así es como he conseguido conectar con mi propia voz.
La autoescucha nos permite decidir no solo qué y cómo comunicamos, sino también, desde dónde comunicamos. Te invito a escucharte antes de hablar, durante y después. ¿Quién habla?
Después de un viaje de transformación a través de mi voz he llegado hasta aquí. Cuando tienes una relación íntima con tu voz, eres consciente de su poder. Puedes usarla de diferentes formas y jugar con ella. Por eso digo que es sólida: contiene, sostiene, da forma… pero también líquida: fluye, se filtra, te embriaga… y en su estado gaseoso es etérea y se evapora con cada susurro. Aquí la voz se enfoca en el contenido del mensaje y en su forma, es decir, qué digo y cómo digo lo que quiero decir para despertar lo que quiero despertar. Normalmente, la atención se dirige hacia afuera, está puesta en el mensaje y en la respuesta a ese mensaje. ¿Pero qué pasa cuando el mensaje pasa por la escucha?
El yoga, el movimiento somático y la cultura del té, me han enseñado a escuchar más que a hablar, y esa ha sido la clave para llegar al “desde dónde” comunico lo que comunico. Mi voz ha necesitado del silencio para volver al cuerpo, despojarse de capas y mostrar la esencia de lo que soy. Y desde ahí, es desde donde me comparto. Cuando una se escucha antes, durante y después de hablar, la información que recibe es reveladora. Trabajar la escucha activa, libera y eleva la voz. Así la voz, puede volar sin miedo y silenciarse para que otras voces puedan volar.
Mi logo lleva un pájaro que representa a mi voz. Una voz que despliega sus alas delante de un micrófono, en una clase de yoga o degustando una taza de té.
Si escuchas mi voz y vibras con ella, estaré encantada de recibir tu propuesta.
Desde mi voz. El arte de comunicar desde el interior.
Miriam Martín